Existe una nueva tendencia en relación a las “plantas de carbón limpio”, la cual, sin querer, genera un nuevo problema ambiental. Esto se debe a la creciente expectativa y preocupación de la población mundial en el tema ambiental, lo cual genera que nuevas técnicas de ingeniería sean pensadas y llevadas a la realidad, sin consultar efectivamente con todos los actores necesarios y calificados para la realización de estos. Es así, que mientras las plantas de energía que utilizan energía trabajan para crear cielos más limpios, millones de toneladas de ceniza potencialmente peligrosa son volcados a los rellenos sanitarios.

Si bien es cierto que un tercio de la ceniza producida en Estados Unidos es reciclado (mezclado con cemento para la construcción de autopistas o para estabilización de terraplenes), los químicos inyectados en las emisiones de las plantas para la captura de estos contaminantes, además de cambiar su composición de una manera desfavorable, son relativamente más tóxicos que la ceniza, haciendo uso del amonio, hidróxido de calcio y mercurio.