#ElPerúQueQueremos

La Gran Tarea

Publicado: 2011-11-20

(año 1992)

El profesor se alejaba apurado, casi como si alejándose de la situación fuera a resolver todos los problemas. “Todo está en nuestras manos”, dijo en un tono casi imperceptible, como repitiéndose un tema que hubiera querido olvidar, pero que a estas alturas le era imposible pasar por alto.

Salí de mi letargo (uno de esos que parece durar toda la vida) al advertir el barullo que causaba el término de la clase. Ya desde hace algún tiempo atrás, recuerdo que sentía un ambiente de preocupación y pesadez entre todos, que nos urgía a la acción (aunque desordenada y sin metas específicas) de una manera integrada.

Recuerdo que encontré diferentes actitudes: Unos corriendo de aquí para allá, haciendo llamadas y gritando a la gente del otro lado de los teléfonos; habían otros más calmados, realizando cálculos y aproximaciones en sus libretas de anotaciones y admirando sus obras; otros conversaban arduamente entre ellos, hablando sobre planes en conjunto, políticas y lineamientos integrados, y algunas cosas más que no llegué a escuchar, o que no puedo recordar; recuerdo que muchos recordaban la ausencia de “los más grandes”, sintiéndose con responsabilidades ajenas que no les correspondían; y alguno que otro que sucumbía a la magnitud de la tarea designada, y encontraba en la desesperación la respuesta inmediata a los líos en que nos encontrábamos.

Más a detalle, recuerdo pensar que las reacciones de los más cercanos a mí estarían ligadas a nuestras situaciones (exclusivas y compartidas) en las que nos encontrábamos.

Recuerdo que en ese entonces, nuestra población se encontraba cerca de los 450 000 000, de los cuales más del 70% vivían en zonas urbanas. Recuerdo que me escandalizaba que el 48,3% del total de nuestra población se encontrara por debajo de la línea de pobreza, y un 33,7% del total vivía en los tugurios. Recuerdo que más de la mitad de nuestros territorios se encontraban cubiertas de bosques, pero que del solo contábamos con un 11% de áreas terrestres protegidas.

También recuerdo que nuestras emisiones de CO2 por habitante alcanzaba las 2,4 toneladas, que nuestro consumo de sustancias que agotaban la capa de ozono llegaba a 74,6 miles de toneladas de potencial de agotamiento, y que nuestra intensidad de uso de fertilizantes era 11,6 toneladas por 1000 hectáreas de superficie agrícola.

Fue en ese momento, sentado, mirando a la ventana y hacia el exterior del salón, pero en realidad no mirando a nada, en el que comprendí la escala de nuestra situación.

La tarea impuesta por el profesor no iba a ser nada fácil, y requeriría un compromiso total por parte de todos nosotros, ya que las tardanzas, copias y trabajos a medias no serían suficientes.

Decidí voltear el rostro, y entre los 172 representantes que se encontraban en esa cumbre, leí en voz alta: “Tarea: Adoptar programas de acción para alcanzar el desarrollo sostenible.  Tienen a su disposición todos los recursos disponibles dentro de sus territorios, pudiendo ser usados de la manera que las les parezca conveniente. Nos vemos aquí mismo en 20 años para revisión

Terminé de leer, y sin pensarlo, dije: “Manos a la obra, no?”

Autor: Roberts Rios P.


Escrito por

rumborganico

Buscamos participar activamente en la toma de desiciones a nivel político y social, a traves de campañas pacíficas, de manera que no se indisponga el bienestar ambiental. Con la finalidad de alcanzar el desarrollo sostenible, basado en una normativa estable


Publicado en

Rumbo Orgánico

Cooperacion ciudadana para la gestión ambiental